Expedición Amundsen Oscar Wisting, Sverre Hassel, Helmer Hanssen y Roald Amundsen (de izquierda a derecha) en «Polheim», la tienda erigida en el Polo Sur el 16 de diciembre de 1911. La bandera en lo alto es la de Noruega; mientras que la de abajo lleva el nombre de «Fram». Fotografía de Olav Bjaaland.
La expedición Amundsen fue la primera expedición en llegar al Polo Sur, liderada por el explorador noruego Roald Amundsen
. Él, junto a cuatro de los miembros que integraron la expedición, llegaron al Polo el 14 de diciembre de 1911,nota 1 con cinco semanas de antelación con respecto al grupo liderado por el inglés Robert Falcon Scott, de la expedición Terra Nova. Amundsen y su equipo regresaron sanos y salvos a su base, siendo informados, más tarde, de que Scott, junto a cuatro compañeros más, habían muerto en el viaje de regreso.
En un principio, la idea de Amundsen era llegar al Ártico y conquistar el Polo Norte, para ello utilizó un navío preparado para navegar entre el hielo. Obtuvo la licencia para tripular y comandar el Fram, el navío de exploración polar de Fridtjof Nansen, y consiguió recoger una gran cantidad de dinero para financiar su proyecto. Sin embargo, en 1909, sus rivales norteamericanos, Frederick Cook y Robert Peary, anunciaron, cada uno de ellos, que habían llegado al Polo Norte, echando, así, abajo los planes de Amundsen. Dadas las circunstancias, decidió alterar sus planes e iniciar los preparativos para una expedición al Polo Sur; sin tener la certeza de si el público y sus patrocinadores se mantendrían a su lado, mantuvo en secreto su nuevo objetivo. Cuando partió, en junio de 1910, la mayor parte de su tripulación creía que era el inicio de un viaje hacia el Ártico.
Amundsen estableció su base, de nombres «Framheim», en la bahía de las Ballenas en la barrera de hielo de Ross. Tras meses de preparación, el establecimiento de los depósitos junto a una salida nula casi terminaron en desastre y él y su grupo partieron al Polo en octubre de 1911. Durante el transcurso, descubrieron el Glaciar Axel Heiberg, que los ayudó en su ruta hasta la Meseta Antártica y, finalmente, hacia el propio Polo Sur. La experiencia en el uso de esquís y trineos tirados por perros hizo que su viaje fuese relativamente rápido y sin problemas mayores. Otros objetivos de esta expedición incluyeron la primera exploración de la península del Rey Eduardo VII y una vasta exploración oceanográfica.
A pesar de que la expedición fue exitosa y fuertemente aplaudida, el trágico destino de Scott opacó su conquista. Por otro lado, el hecho de que Amundsen hubiese decidido mantener en secreto la alteración de sus planes, fue bastante criticado. Los historiadores modernos reconocen la elevada capacidad y coraje de Amundsen y su grupo; la estación de investigación científica en el Polo Sur recibió su nombre junto al de Scott.
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